sábado, 7 de enero de 2012

EL FUSILAMIENTO DE MAXIMILIANO

El emperador perdió, poco a poco, todo apoyo. Intentó mejorar el gobierno, alentó el estudio de los monumentos arqueológicos e históricos mexicanos, embelleció la ciudad de México y abrió la Calzada del Emperador, ahora conocida como Paseo de la Reforma. Pero nada impidió la caída del Imperio. Pronto, sólo quedaron leales al emperador los generales mexicanos Miguel Miramón, Tomás Mejía y Leonardo Márquez. Con ellos se estableció en Querétaro al mando del ejército imperial. El ejército liberal atacó y derrotó a sus tropas. El emperador y los que lo rodeaban cayeron en manos del ejército liberal.
Miramón, Maximiliano y Mejía fueron fusilados al pie del Cerro de las Campanas a las siete de la mañana del 19 de junio de 1867. Volvía a triunfar la República liberal.

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